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Es un puente levadizo de piedra que fue construido en 1894 sobre el famoso Río Támesis. Durante siglos, fue la única estructura de cruzarlo y actualmente es uno de las atracciones infaltables de cualquier guía turística del mundo.
Es un templo religioso de estilo gótico construido en 1066. En el que se celebran todas las ceremonias y funerales reales. Y en el que descansan los restos de reyes y personajes ilustres como Isaac Newton.
Es la residencia real oficial. Allí vivió la reina Isabel hasta su fallecimiento y sucedieron grandes acontecimientos de la historia británica. Y es el atractivo turístico de Londres por excelencia. El cambio de guardia convoca a miles de visitantes.
Ubicado a orillas del Río Támesis, el Palacio alberga el Parlamento de Gran Bretaña y el Big Ben. La icónica torre de más de 100 metros de altura con un reloj en cada una de sus cuatro caras.
Fue diseñado por John Nash. Inspirado en el Arco de Constantino de Roma y en el del Carrusel de París. Su construcción se inició en 1827 y está confeccionado en mármol. Era la entrada honorífica al histórico Palacio de Buckingham.
El parque londinense más antiguo y atractivo. Un hermoso espacio verde enmarcado por los palacios de Buckingham, Westminster y St. James. En él se emplazan el Memorial de la Reina Victoria y un pintoresco lago con patos y cisnes.
Reconocido por la famosa película de Julia Roberts y Hugh Grant. Y apreciado por sus callecitas, sus coloridas casas, sus cafés, sus librerías y tiendas de antigüedades. Pasear por el barrio Notting Hill es un imperdible de Londres.
Esta noria conocida como la Rueda del Milenio fue inaugurada en el 2000. Brinda las mejores panorámicas de Londres. Por su altura de 135 metros y su ubicación a orillas del Támesis. Y gracias al cristal de sus cabinas.
Un barrio londinense en el que el arte, la música y la gastronomía son protagonistas. Un recorrido por el Soho garantiza locales comerciales, cafeterías, galerías de arte y bares con música en vivo. Además de Chinatown y su comida oriental.
Este castillo medieval del siglo XI es la propiedad real más importante después de Buckingham. Está ubicado a 40 kilómetros de Londres, en Windsor, Berkshire. Y es el lugar en el que descansan los restos de la Reina Isabel II.
La capital británica cuenta con seis terminales aéreas. El Heathrow, el City Airport, el Luton, el Gatwick, el Stansted y el Southend. Las distancias hacia el centro de Londres promedian los 40 kilómetros. El City Airport es el más cercano, a sólo 11 kilómetros al este y pocos minutos de traslado. El Stansted y el Southend son los más alejados, ambos a 64 kilómetros y unos 50 minutos de distancia del centro londinense.
La multiculturalidad de Londres se ve reflejada también en su gastronomía. Con una propuesta que incluye los más exquisitos platos de la cocina internacional. Te vas a encontrar con restaurantes italianos y chinos. También con las más reconocidas cadenas de comidas rápidas. Pero las preparaciones culinarias inglesas clásicas, por supuesto, tienen su lugar. Sobre todo en materia de dulces. Y tenés que probarlas.
Un popular curry de pollo considerado el plato nacional inglés. Se remonta a la época del Imperio Británico, con orígenes en la gastronomía india y pakistaní. Un pollo marinado con yogur y especias, entre las que se destacan el garam masala y el comino. Probá el del restaurant indio Punjab.
Aunque algo costoso, es un clásico de la gastronomía británica. Se trata de un tierno trozo de carne de ternera. Envuelto en una crocante masa de hojaldre. Todo cocido al horno. El de Simpsons on the Strand es espectacular y, si tenés poco presupuesto, podés pedir media porción para probarlo.
Entre paseos y visitas no te pierdas esta tradición inglesa. Pidiendo un Té Inglés te van a servir una infusión caliente. Pero acompañada de bocados dulces, tortas y bollos para untar con cremas y mermeladas. Disfrutalo en la vereda del Tubo de la corteza, al lado del mercado de Covent Garden.
En Londres es imposible aburrirse. Pero si querés estar seguro de pasarla bien, mirá todo lo que tenés para hacer.