No puedes ir a Acapulco sin pasar por sus playas. Si lo que buscas es un mar tranquilo, la indicada es la playa Condesa pero si lo que quieres es amplitud y playas extensas para poder caminar y guardar distancia de otros visitantes, entonces la mejor es Icacos. Si lo que buscas es poder practicar surf y tener buen oleaje, debes ir a la Playa Revolcadero pero si te inclinas más por esquí acuático o buceo, entonces Bahía Puerto Marqués es a donde debes ir y en donde además, podrás hallar los mejores restaurantes de pescados y mariscos. Dejamos para el final la recomendación más romántica de todas, esa playa que disfrutarás aún más si la compartes con tu pareja. Hablamos de la playa pie de la Cuesta, en donde al ponerse el sol podrás apreciar los atardeceres más cautivadores de todo México.
Recomendamos esta isla porque, además de tener los atractivos típicos de una playa de México, ofrece un detalle adicional. Para poder arribar a La Roqueta, debes tomar una embarcación. Distinto a lo que debes imaginarte, esta no es cualquier embarcación, si no una con piso de cristal que te va a permitir mirar en las profundidades acuáticas. Llegando a la isla, podrás ver bajo el mar el santuario de la virgen Reina de los Mares, venerada por la gente de la zona y por muchos turistas. Por último, los atractivos más destacados de la zona son sin dudas las actividades acuáticas que puedes realizar en las calmas aguas de su playa. Snorkel y buceo son algunas de las más elegidas.
Esta laguna está ubicada en la zona sur de Punta Diamante. Lo atractivo, es el ecosistema que lo rodea. Por todos lados hallarás manglares y vegetación selvática pero es entre los meses de septiembre y noviembre cuando podrás apreciar lo más lindo del lugar: el jardín de flores de loto. Si te dejas convencer por los guías turísticas es probable que termines colocando barro en tu rostro. Al parecer tiene propiedades purificantes y exfoliantes que son muy buenas para la piel. El paseo es valioso por sí mismo y ofrece un paisaje muy distinto a otros puntos turísticos de Acapulco, en contacto con la naturaleza y los sonidos del ambiente.
Dentro de Acapulco una de las cosas que vas a encontrar es un acantilado de 45 metros de altura. Es uno de los atractivos turísticos más representativos de la ciudad que le ha dado fama a nivel mundial. Desde hace algunos años, es el lugar elegido por un grupo de valientes clavadistas que eligen el acantilado para brindar un imperdible show de clavados hacia el mar. Si te interesa presenciar este espectáculo de día o de noche, puedes escoger alguno de los restaurantes y hoteles que están alrededor y que te brindarán una vista privilegiada.
Si quieres que tu estancia no se vuelva monótona, puedes incluir a tu recorrido un paseo cultural. Sobre la calle Inalámbrica se ubica la casa que ha pertenecido a Dolores Olmedo y que ha sido el lienzo de una famosísima obra de arte. En una de sus paredes, el reconocido artista Diego Rivera creó un mural inspirado en la cultura azteca. Mide aproximadamente 70 metros cuadrados y fue construido en relieve con azulejos, conchas marinas y piedras volcánicas. Es un paseo distinto que puede verse desde el exterior y que, además, se encuentra en el camino hacia la Quebrada.
La arquitectura y la historia se unen en este punto para demostrarte que Acapulco no dejará de sorprenderte. En la zona vieja de la ciudad, hallarás la fortaleza marítima más importante ubicada en el Pacifico. La construcción fue realizada en el siglo XV, cuando México aún era colonia de España. Si lo observas desde arriba, te puedes encontrar una muralla con forma de pentágono y paredes tan gruesas que parecen imposibles de derribar. Hoy, el fuerte se ha convertido en un museo con doce salas que cuentan su historia y te transportan al pasado en cada una de sus piezas exhibidas.